EsTRATEGIAS PARA TRATAR LA PSORIASIS

Qué estrategias puede seguir el especialista

Tanto la psoriasis como la artritis psoriásica no se manifiestan con los mismos síntomas en todas las personas. Por ello, es importante que los tratamientos sean siempre personalizados. Hay que tener presente que un tratamiento que le puede ir bien a una persona puede ser perjudicial para otra.

El especialista diseñará un programa a medida en función de:

  • La intensidad, localización, tiempo de evolución y número de brotes anuales.
  • La edad de la persona, las enfermedades de base que padezca, la medicación previa que tome, el tipo de vida que lleve, la afectación articular que manifieste y la respuesta que haya obtenido con otros tratamientos.
  • Teniendo en cuenta estos factores, el especialista propondrá el tipo de tratamiento y también la estrategia a seguir, en cada caso y en cada momento.

Estrategias posibles:

  • En ocasiones, la enfermedad se hace resistente a un tratamiento, que deja de ser efectivo, y debe aumentarse la dosis o cambiarse por otro.
  • En otros casos, hay periodos en que la dolencia permanece inactiva, con lo que se puede suspender el tratamiento (vacaciones terapéuticas).
  • Para disminuir los efectos secundarios del tratamiento sistémico tradicional (metotrexato, acitretina y ciclosporina) o de la radiación UVB y UVA, se emplea una estrategia consistente en realizar un tratamiento rotacional entre los diferentes fármacos y alternarlos con periodos de descanso.
  • También se aplica esta estrategia de alternar medicamentos, en el caso de los tratamientos tópicos. Se puede empezar por un corticosteroide tópico y al cabo de unos meses cambiarlo por cremas o pomadas de derivados de la vitamina D o por emolientes. Así se disminuyen los posibles efectos secundarios de los corticosteroides tópicos, preveniendo la taquifilaxia y disminuir el efecto rebote.
  • Tratamientos combinados de dos o más medicamentos, ya sea aplicándolos en el mismo día o alternativamente. El objetivo es reducir la cantidad necesaria de cada medicamento, con el fin de disminuir sus efectos secundarios; complementar los puntos débiles de cada uno de ellos; potenciar su eficacia y acelerar el blanqueamiento; disminuir el gasto farmacéutico en el caso de los tratamientos biológicos. En esta estrategia terapéutica pueden combinarse medicamentos sistémicos tradicionales, tópicos, biológicos y fototerapia. El tratamiento combinado y rotatorio también sirve para que el paciente no caiga en la rutina y descuide su proceso curativo, lo que es muy importante en una enfermedad crónica como la psoriasis.

El tratamiento de la psoriasis debe enfocarse de una manera global y continua, teniendo en cuenta tanto aspectos físicos como psicológicos, familiares y sociales de los pacientes.

¿QUÉ ESTRATEGIAS PUEDO SEGUIR YO?

La psoriasis o la artritis psoriásica no son enfermedades localizadas solo en tu piel o tus articulaciones, sino que tienen su origen en un anormal funcionamiento de tu sistema inmune que predispone a la inflamación.

Actualmente se ha demostrado que la inflamación interviene también en el aumento del riesgo cardiovascular, entre otras enfermedades.

Por este motivo, es importante que adoptes un estilo de vida respetuoso con tu organismo. El primer paso: empodérate de tu salud, una buena estrategia para hacer frente a tu enfermedad.

  • Informarse sobre la psoriasis y la artritis psoriásica y comprenderla.
  • Seguir todos los tratamientos pautados por el especialista.
  • No saltarse las visitas programadas.
  • No automedicarse ni recurrir a tratamientos dudosos. Antes de iniciar cualquier terapia, hay que consultarlo con el especialista.
  • Mantener una buena relación con el médico, pues es fundamental para conseguir un buen control de la enfermedad.
  • Usar cremas y lociones hidratantes y emolientes a diario para mantener la flexibilidad de la piel, evitar las grietas y reducir el picor. Además, aumentan la eficacia de los tratamientos y ayudan a disminuir la inflamación y la descamación
  • El baño es mejor que la ducha. Un baño de unos 20 o 30 minutos en agua no muy caliente ayuda a desprender las escamas, sentir la piel más confortable y relajarse. Al agua se pueden añadir aceites, sales o avena. Al salir del baño conviene aplicarse emolientes que ayudan a mantener la hidratación de la piel conseguida con el baño.
  • Tomae el sol siempre que sea posible, evitando las quemaduras solares.
  • Los baños de mar o en balnearios con aguas adecuadas pueden ayudar a mejorar la psoriasis. Los datos sobre su efecto en la la artritis psoriásica son pobres y en general controvertidos.
  • Conviene que la ropa en contacto con la piel sea de algodón y no demasiado ajustada.
  • Cuando el picor sea difícil de soportar, puede aplicarse la crema hidratante enfriada en el frigorífico.
  • Es importante llevar las uñas cortas y limpias para disminuir las posibles heridas e infecciones por el rascado. Puede ser útil el uso de guantes de algodón para dormir.
  • Cuando se sienta dolor a causa de la inflamación en la zona de inserción en el hueso, de un músculo, tendón o ligamento (lo que se conoce como entesitis), hay que aplicar frío sobre la articulación durante 10 minutos aproximadamente.
  • Equilibrar el menú. Hay que seguir una dieta equilibrada, rica en fruta y verdura.
  • Reducir el peso si padece obesidad o sobrepeso.
  • Eliminar el tabaco, el alcohol y las drogas. Se sabe que pueden provocar un empeoramiento de tu enfermedad.
  • El deporte es un aliado: el especialista aconsejará cuál es la actividad física que es conveniente practicar dependiendo del momento.
  • La rehabilitación y el ejercicio son fundamentales para mantener y mejorar la movilidad y funcionalidad de las articulaciones, estén o no estén afectadas por la artritis psoriásica. No existe ninguna contraindicación, aunque el ejercicio debe ajustarse a las características de cada paciente. Debe evitarse en las fases agudas de artritis inflamatoria la sobrecarga de las articulaciones afectas, aunque los ejercicios pasivos de estiramiento no estarían contraindicados.
  • Gestionar el estrés: es vital aprender a gestionarlo, ya que tiene un impacto negativo sobre nuestro sistema inmunitario y repercute en la salud de nuestra piel y de todo nuestro organismo.
  • Pertenecer a una asociación de pacientes favorece una actitud proactiva hacia la enfermedad que beneficia su control y su buena evolución.